DEPARTAMENTO DE CIENCIAS DEL COMPORTAMIENTO
Padres de Hijos Desaparecidos
Superintendencia de Delitos Complejos y Crimen Organizado
Policia de la Provincia de Buenos Aires
El lugar ocupado por los hijos es central en la vida de las personas. En cada grupo familiar cada uno de sus integrantes ocupará un lugar determinado inscribiéndose en una historia con características particulares. En esta los niños vendrán representando lo bueno de sus padres con la esperanza de alcanzar todo lo que estos no pudieron. El deseo de sus padres se ve plasmado en un proyecto de vida en el que todo gira en torno de ese hijo: primero imaginan como será, a quien se parecerá... y en ese imaginar buscan para el un nombre para llamar a su sueño. Cuando nace su fragilidad invade de ternura a sus padres que dedicarán todo su tiempo a los primeros cuidados. Las palabras de la conocida poeta española María Victoria Atensa remiten a esto cuando rezan: “Estaba abierto el cielo y mi hijo en mis brazos, tan indefenso y tibio y aterido y fragante que lo sentí una obra solo mía, victoria de un cuerpo paso a paso ofrecido a su cuerpo. Lo envolví con mi aliento y el tuvo el soplo tibio en el que una paloma se sostenía en vuelo”.
Ellos conocen que su fortaleza será la que proteja la fragilidad de ese niño, esperando con el tiempo poder criar un hombre fuerte, y de esto tratará su tarea los siguientes años. A diario se velará por su bienestar en cada detalle, cumpliendo una función de protección prioritaria.
Cuando un niño desaparece, el dolor de los padres es lacerante, porque lo que sienten en su interior es que ha sido su culpa, que no lo cuidaron lo suficiente, que es tan frágil y es su responsabilidad. Es dificil atenuar este dolor y es importante ayudarlos a entender que esto no es así. A pesar de haber tenido las mejores intenciones muchas veces el infortunio está por fuera de las posibilidades de control. Comprender las propias limitaciones ayuda a mitigar el exceso de reproches con los que estos papás no dejan de castigarse.
La incertidumbre producto de no saber que es lo que ha sucedido termina por hacer la situación insoportable. Preguntas referentes a como está su niño: le estarán haciendo algo malo, tendrá hambre, frío, estará bien, estará vivo?! Nadie puede dar una respuesta y el tiempo continúa pasando, aunque ellos sientan que se ha detenido. La participación activa en la búsqueda de su hijo será la única acción generadora de alivio para el sufrimiento de esta familia. Al respecto los profesionales que intervengan ayudarán a buscar un equilibrio que tienda a que también se observen las propias necesidades y las del resto del grupo familiar, ya que en muchos casos el matrimonio tiene otros hijos.
Cuando el tiempo comienza a transcurrir sin saber nada de su hijo, el temor porque caiga en el olvido y a que nadie lo busque es un nuevo motivo de sufrimiento. La sensación de que ha desaparecido, que será olvidado será generadora de más y más angustia. Pero esto no es así, un hijo jamás desaparece, siempre va con esa madre y ese padre a donde ellos vayan. Un conocido cantautor expresó: “Madre, tu hijo no ha desaparecido. Madre, que yo lo encontré andando contigo. Lo veo en tus ojos, lo oigo en tu boca, y en cada gesto tuyo me nombra.”
Será compromiso social de cada una de las personas que estén encargadas del trabajo con familiares de niños perdidos comprender el dolor inmenso con el que transitan y trabajar día a día a conciencia y poniendo el corazón en acompañarlos y en ayudarlos a recordar activamente.

Lic. Guadalupe Garcia.






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